El erotismo se ha convertido en algo fundamental en mi vida y me puedo definir como una practicante empedernida.
Mis tobillos son una parte especialmente sensible de mi cuerpo. Me gusta que los acaricien unos labios o, por qué no, unos pequeños mordisquitos. Me excita. Aunque algunas mujeres no me comprendan, me apasiona masajear los genitales de mi pareja con mis pies, tocar con la punta de mis dedos su entrepierna por debajo de la mesa, en la cama o en un jacuzzi…
Mi pareja es un gran amante, un loco del erotismo. Alguien a quien le gusta regalar y recibir placer. Los dos compartimos la pasión por lo erótico y la compenetración es total. Nos gusta que nuestras fantasías se hagan realidad y lo conseguimos en la mayoría de las ocasiones. Los juegos son interminables, pasando desde el romanticismo hasta el más duro de los pornos.
Por todo esto, me parece una pena que muchas personas se lo pierdan y reduzcan el sexo al único objetivo de buscar un orgasmo y punto. Todo lo que se puede hacer con un par de pies y mucho cariño... el límite lo pone, por supuesto, vuestra imaginación. Y, si además vuestra pareja es amante de la lencería, no dejéis de probar recorrer su cuerpo con vuestros pies envueltos en unas suaves medias de seda.
Pronto os confesaré una de mis fantasías favoritas y estoy segura de que, aunque no lo reconozcáis en público, más de una vez lo habréis deseado en vuestros sueños.
Un beso
Shaira
1 comentario:
Esto va subiendo de tono... nos gusta. Gracias.
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