¿Para qué sirve este Blog?

Para muchos, el pie femenino se ha convertido en el protagonista de nuestras fantasias sexuales. Cada vez es mayor el número de páginas web dedicadas a este popular fetiche. Nuestro Blog no pretende más que ser un lugar de encuentro, como cualquier otro, de todas y todos los que encontramos una belleza especial en esta parte del cuerpo de la mujer.

El objetivo es compartir y disfrutar de las fotos y artículos que aquí se vayan exponiendo, admitiendo y agradeciendo la participación de todo aquél que crea tener algo que aportar a esta página. Poco a poco iremos completando contenidos, añadiendo secciones y, por supuesto, estaremos pendientes de la próxima entrega de fotos de nuestras modelos colaboradoras favoritas. ¿Por qué no te animas y eres una de ellas? No es necesario que nos envíes fotos donde se te reconozca; nos conformamos con conocer bien tus pies y tu talento artístico a la hora de fotografiarlos; con medias, tacones, desnudos... como más te gusten, seguro que cada foto tiene a su admirador particular. ¿Probamos?

lunes, 3 de marzo de 2008

Confieso que... Me pones malo

Cada vez que entras en mi habitación, le ruego a Dios que pare el tiempo. Miro el reloj de vez en cuando esperando que así sea, pero pasa justo todo lo contrario. Contigo el tiempo vuela, parece que al igual que el aire te escapas de mis manos, vas como el viento, a donde quieres. El tiempo que te tengo abrazada, que te tengo presa de mi en mi cama, es como un sueño, medio a oscuras, en trance, con el único deseo de pegarme a ti “Maldita, me tienes hecho un esclavo y a pesar de ello no hay nada que me guste más en este mundo que serlo solo para ti”.

Sabes de sobra que ese perfume que te pones cada vez que nos vemos es mi preferido, que me pones malo, enfermo, que a la vez eres capaz de sacar lo mejor de mi sin que parezcas ser consciente de que en efecto así lo haces. Me faltan brazos para abrazarte y no soltarte, para que al igual que yo, quedes prisionera de mi cama. Sabes de sobra que me cuestan tus ausencias, que me tienes enganchadito como un niño chico a su dulce preferido, que te estaría devorando una y otra vez hasta quedarme saciado sin saciarme del todo y que cada rincón de tu cuerpo es un nuevo terreno desconocido por descubrir.

Si tuviera que decir que es lo que más me gusta de ti, la respuesta sería muy simple: “Me gustas tú”, tal y como estás y tal y como eres, de la cabeza a los pies y desde la primera palabra, hasta la última que sale de tu boca, sabes que si viene de ti me lo creo, aunque digas que sea de noche y estemos a mediodía. ¿Sabes una cosa? Me gustaría que fueras tú la que me secuestraras, que me encerraras en algún lugar y que hicieras conmigo lo que te diera la real gana, yo mismo me tragaría la llave de tan placentera prisión.

Me acuerdo de cuando me decías “inocente”, cierto es que cada vez lo voy siendo menos, pero contigo me aflojo, me sigo sintiendo niño aunque ya roce la treintena y lo mejor es que me gusta sentirme así. Así me siento cuando te vistes frente al espejo de mi habitación, sentada en mi taburete, a medio vestir o desnuda, cuando te pintas o te maquillas… Me quedo en silencio, idiotizado, mudo, lo más que me sale en ese momento es abrir la boca para no decir nada. Lo único que puedo hacer es acercarme a besarte, a abrazarte y a rogar porque nunca más te volvieras a vestir.

“Que se pare el tiempo de nuevo”, es lo que rezo cuando veo que ya por último te pones los tacones, recuerdo que hace sólo unas horas te estaba dando ese masaje en los pies que tanto me gusta darte, entre mimos y susurros, me encanta que te quedes dormidita en mi cama así, tan tranquilita y tan a gusto… ¡Como una reina! Que es como te veo, así como una reina disfrutando de su momento de merecido descanso.

Una vez que te has ido y veo como ha quedado mi habitación, el olor al humo del tabaco que nos hemos estado fumando desde anoche y el inconfundible olor de tu perfume en mi cama, me voy a dormir más contento. Aunque me sigue pareciendo que lo he soñado. Se que es verdad, porque te huelo todavía y porque estoy cansado, gustosamente cansado de haberte dado todo el placer y descanso que me cabía dentro y más que te quisiera dar, aunque dejara a deber en otra parte si la hubiera.

Desde el primer pelo hasta el último rincón de piel, para tu completa satisfacción.


Un fuerte abrazo.


Arcángel.

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