
No soy hombre al que le guste emplear objetos ajenos al cuerpo a la hora de promocionarme placer o proporcionárselo a una mujer, pero digamos que siento cierta simpatía por este tipo de pervertidos, llamados fetichistas, ya que entre ellos se encuentra uno de mis mejores amigos fundador de este espacio.
Podéis acusarme de frío y falto de imaginación, pero en realidad os desafío a los lectores de
FEET & PHOTOS a creer que realmente os gusta el fetiche, debido a falta de hábito sexual o bien por aburrimiento en una vida sexual monótona. Con esto no pretendo afirmar que el sexo se encuentre solo entre las piernas, el sexo está en la cabeza, pero lo simple siempre es más fácil de obtener y más satisfactorio también. Uno puede excitarse viendo a la vecina, o con un “aquí te pillo aquí te mato”, con una película porno o mirando el agujero de una vasija.
Lo cierto es que después de la lista de fetiches que os propongo a continuación, podréis observar según la naturaleza de los mismos con cual os identificáis más, retándoos además a que os preguntéis a vosotros mismos, el por qué os atrae ese fetiche concreto y en que momento de vuestra vida lo elegisteis para vuestro placer individual. Podría ser un bonito tema de colaboración para ensanchar el salón de esta santa casa
F&P. Los
fetiches sexuales (educasexo.com) pueden ser:
OBJETOS: botas, prendas de látex, pañales, pelucas, piercings, guantes, complementos con pinchos, esposas de policía, medias de nylon, ropa interior usada, delantales, etc.
RELATIVOS AL CUERPO HUMANO: los pies, la cabeza calva, los senos femeninos muy grandes o muy pequeños, el vello corporal tanto que haya exceso como que no exista ni rastro, un tipo determinado de ojos, etc.
El fetichista emplea el objeto de deseo para llevar a cabo la masturbación, rozándose directamente con él, o bien requiere que su pareja sexual lo lleve puesto o lo utilice. También puede necesitar estimular a su amante con él, por ejemplo en el caso de que lo que le excite sea introducir en el cuerpo del otro algún objeto concreto y que sin hacerlo no pueda llegar al orgasmo.
No se considera un trastorno de fetichismo si esta conducta sólo se produce durante un corto periodo de tiempo. En este caso, si no dura más de seis meses, hay que buscar el origen en algún tipo de hecho traumático que haya condicionado la sexualidad o en una simple preferencia sexual que, probablemente, pasará pronto dando lugar a otra nueva.
He conocido mujeres que necesitaban ver a su hombre vestido de una determinada manera para poder excitarse, al igual que hombres a los que solo se les pone dura delante de una película porno, teniendo a su mujer en la cama esperando y aburrida a un polvo de minuto y medio. Ambas situaciones extremas debidas, a que en una primera ocasión, uno de los dos miembros de la pareja, se sirvió de un estímulo concreto para excitarse y le salió bien el experimento.
Debido a ello, el susodicho o susodicha, asoció esa excitación a ese estímulo fetiche en particular, en vez de asociarlo al tacto en sí, a la vista, o a su pareja completa… Como vio que le funcionaba siguió empleándolo siempre, hasta hacerse parte necesaria de su excitación, colocando a dicho fetiche en el pedestal de su escala sexual, sin el cual, sencillamente… El sexo deja de tener gracia. El fetiche, de hecho, limita más que capacita una vida sexual variada y frecuente, ya que pasa a ser necesario.
¿Qué es lo que pasa entonces? amigas y amigos de F&P, lo resumiré con un refrán popular: “Sarna con gusto no pica”. Una esclavitud placentera desde luego, que gusta, atrae y engancha … Pero a fin de cuentas, una esclavitud. La polémica queda abierta.
Un fuerte abrazo.
Arcángel.
P.D. Nos vemos en la terapia.